La banda de pop adolescente oriunda de Chile llegó al país por tercera vez para presentar Nadha, su disco más reciente. Entre el compromiso ambiental y la energía juvenil, se lucieron en un Gran Rex colmado de fans.
Kudai hizo explotar el Gran Rex. (Terra)"¡Por fin, Camila, por fin!" le grita una nena de 13 años vestida como si tuviera 19 a su amiguita visiblemente emocionada ya casi en la puerta del Gran Rex.
La fila que se armó para ver a Kudai es larga pero avanza con la velocidad histérica del pre-adolescente ansioso, y tiene sentido: es la presentación de Nadha, el tercer disco de la banda, y la primera oportunidad en un año para corear en vivo canciones nuevas. Un año, se sabe, es demasiado tiempo para un fanático. Por fin, Camila, por fin.
Kudai ya pasó con éxito por la Argentina en dos oportunidades, entradas agotadas y discos de oro incluidos, pero es esta nueva visita la que los encuentra en su pico de popularidad.
Definitivamente radicados en México y con la imagen renovada, los chilenos Tomás, Pablo y Bárbara y la ecuatoriana Gabriela usan poca ropa pero negra, y pintan en sus canciones un panorama gris oscuro. ¿Los primeros exponentes del emo teen latinoamericano? Ellos rechazan la etiqueta y prefieren simplemente decir que están "más maduros". Menos canciones de amor y más sobre el mundo que se recalienta.
Sus seguidores, sin embargo, oponen a la solemnidad de Nadha una alegría imposible de ocultar. La banda todavía no salió a escena y ya la mitad del público perdió la voz. Lo que no perdieron son las ganas. Aunque todos tengan su lugar, nadie se sienta, y entre las butacas del Gran Rex hay gorro, bandera y vincha. Que salgan de una vez, porque estos chicos se van a comer los codos.
Entre la ansiedad reinante, el telón se abre con puntualidad suiza y la primera en aparecer es Gabriela, la única integrante "no original" de Kudai. La ecuatoriana se sumó definitivamente hace ya casi 2 años.
Hoy Gabriela, 3 años mayor que sus compañeros, maneja los hilos como si fuera la madre. Es ella la que más habla con el público entre tema y tema, la que se encarga de hacernos saber cuánto nos extrañaban, y la que grita a los cuatro vientos las consignas de la banda: "Arriba la tolerancia", o "Sólo queremos paz", por ejemplo. Su público la ama y la acepta como líder. Algo de carisma hay que tener para meterse en el bolsillo a una horda de adolescentes enamoradas.
En el ranking de gritos, el que gana cómodo es Pablo. Desde el inocente "Te amo" hasta el picante "Te parto", las chicas no dejan de hacerle sentir su afecto cada vez que termina una canción. Pablo habla poco (ya lo dijimos, acá la que habla es Gabriela), pero cuando lo hace arranca suspiros y transforma los ojos en corazones. "Hay que cuidar el planeta, chicos", dice mientras luce su musculosa ajustada con estampado ecologista. Tomás no desentona y en su remera se lee: "paz, amor, ecología".
El primer punto alto de la noche llega con Tu, último corte de su disco anterior (Sobrevive), y hit imposible de evitar durante 2007, que es seguido por Okey, del mismo disco, con la primera invitada sorpresa de la noche: la ascendente cantante chilena Javiera Mena. Visitante habitual de Buenos Aires, Javiera aprovechó la ocasión para lucirse ante un público nuevo con su particular voz grave y su sorprendente naturalidad.
A partir de ese momento, los invitados se multiplican. Gastón, bajista de los jóvenes Airbag, subió para tocar Morir de amor, y un tema más tarde los tres integrantes de Infierno 18 tomaron el escenario por asalto. "¿Señora, va a rockear?", le preguntaba con curiosidad Bárbara a una madre de la primera fila.
Ante la respuesta afirmativa, ella hace cuernitos y la banda, potenciada por los adolescentes punks, empieza Cicatriz, en lo que seguramente fue el momento más rockero de la noche. La canción que sigue es Llévame, y la nueva invitada es Lara, bajista del trío pop No Lo Soporto. ¿Cuánto hace que no había dos bajistas invitados a un show?
La seguidilla final incluye un tema de cada uno de los discos de Kudai. Sin Despertar, de Vuelo, Déjame gritar, de Sobrevive, y Lejos de aquí, primer corte de Nadha. Funcionan tan bien como cierre que la banda no necesita hacer bises.
"Gracias, este fue uno de los mejores shows que vivimos", dice Tomás. "¡Fue sin dudas el mejor!", grita Pablo sin pudor y se gana la última ovación de la noche. Entre alaridos, antes de que se cierre el telón, se escucha la voz de Gabriela: "Ojalá podamos volver muy pronto". Y exactamente eso es lo que están pensando miles de fanáticos emocionados.
Fuente: Terra Argentina
aki les dejo un video del concierto
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